¿Qué es el acné?
El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que aparece cuando los poros se obstruyen por un exceso de grasa (sebo), células muertas y bacterias. Aunque suele afectar más en la adolescencia, también puede presentarse en la adultez y convertirse en un problema persistente.


Los granos no son todos iguales: pueden ser comedones (puntos negros o blancos), pápulas, pústulas, nódulos o quistes. Además, el acné no se limita solo al rostro: también puede aparecer en la espalda, el pecho y los hombros.
Más allá de lo estético, el acné puede tener un impacto fuerte en tu vida diaria, afectando tu autoestima y tu bienestar emocional.
¿Cuáles son las causas del acné?
El acné no se debe a una sola causa, sino a la combinación de varios factores internos y externos. Entre los más importantes están:
Factores internos
- Exceso de producción de sebo por las glándulas sebáceas.
- Cambios hormonales, como en la adolescencia, el síndrome de ovario poliquístico o la resistencia a la insulina.
- Respuesta inflamatoria del cuerpo, que agrava los brotes.
- Alteraciones en la queratinización de la piel, cuando las células muertas no se eliminan de forma adecuada y obstruyen los poros.
- Proliferación de bacterias como Cutibacterium acnes, que junto con el sebo acumulado favorece la inflamación.
Factores externos
- Estrés crónico, que altera tus hormonas y tu sistema inmune.
- Alimentación alta en azúcares y ultraprocesados, que incrementa la inflamación.
- Productos cosméticos comedogénicos, que tapan los poros o alteran el microbioma de la piel, como aquellos que contienen parabenos, siliconas y aceites minerales.
- Hábitos de higiene inadecuados, como no retirar el maquillaje antes de dormir.
¿Qué pasa si no lo tratas a tiempo?
Si solo intentas cubrir tu acné con maquillaje o lo abordas de manera superficial, pueden aparecer:
- Cicatrices y manchas difíciles de eliminar.
- Acné persistente o doloroso, que afecta tu calidad de vida.
- Impacto emocional, aumentando la inseguridad, la ansiedad o la depresión.
Por eso, aunque el acné sea común, no deberías ignorarlo ni dejarlo avanzar. Y como tu piel es un reflejo de lo que pasa en tu interior, el abordaje debe ir más allá de lo estético.
Cuidados en casa para mejorar tu piel
Aunque cada persona necesita un tratamiento adaptado a su caso, hay hábitos sencillos que puedes aplicar en casa para mejorar tu piel y reducir los brotes:
Alimentación antiinflamatoria
- Incluye más verduras frescas, frutas bajas en azúcar, pescados ricos en omega-3, y fuentes naturales de zinc como las nueces, semillas, legumbres y ostras.
- Evita azúcares refinados, gaseosas, ultraprocesados y frituras, porque agravan la inflamación.
- Prefiere alimentos con bajo índice glicémico, que ayudan a equilibrar tus hormonas incluida la insulina.
- Cuidar tu salud intestinal, ya que un intestino alterado se refleja en tu piel.
Ejercicio físico adaptado a ti
El ejercicio físico regular puede ayudar a reducir el acné y mejorar tu bienestar emocional porque:
- El movimiento favorece la circulación, regula el estrés y apoya el metabolismo, tres factores que influyen directamente en la salud de tu piel.
- Si el acné ha afectado tu autoestima, la actividad física puede convertirse en una herramienta poderosa para sentirte mejor contigo mismo. Dependiendo de tu estado de salud, puedes optar por prácticas suaves como el yoga, el pilates o caminar, o bien por entrenamientos más intensos, siempre adaptados a tus capacidades
Hábitos diarios que marcan la diferencia
- Cambia con frecuencia la funda de tu almohada y toallas de rostro.
- Mantén limpio tu celular, ya que está en contacto constante con tu piel.
Manejo del estrés
El estrés es un gran detonante del acné. Prueba herramientas sencillas como:
- Respiración consciente.
- Meditación guiada.
- Actividades creativas que te relajen.
Rutina de cuidado natural de la piel
- Lava tu rostro dos veces al día con un limpiador suave, no abrasivo. O, un jabón facial sin perfumes.
- Usa una crema hidratante ligera, no comedogénica y libre de aceites minerales.
- Aplica protector solar físico todos los días, incluso si no sales de casa.
- Deja que la piel respire: evita el exceso de maquillaje y desmaquíllate siempre antes de dormir.

- No te toques los granos: hacerlo solo empeora la inflamación y deja cicatrices. Para ello puedes intentar:
- Una respiración consciente cuando sientas ansiedad. Usar una pulsera o un anillo para distraer tus manos.
- Usar una pulsera o anillo para distraer tus manos.
- Tomar conciencia en el momento de qué situación te genera estrés.
¿Cuándo consultar con un médico?
Si notas que tu acné es doloroso, deja cicatrices o no mejora con cuidados básicos, es momento de buscar ayuda profesional.
Un médico con enfoque integral puede ayudarte a descubrir si tu acné está relacionado con tus hormonas, tu digestión, tu alimentación o tus emociones, y diseñar un tratamiento personalizado para ti.

Da el siguiente paso para sanar tu piel
Cuidar tu alimentación, tu rutina de piel y tu bienestar emocional es clave, pero a veces no es suficiente.
Recuerda: no existen fórmulas universales. Tu piel tiene su propia historia, y tu tratamiento debe adaptarse a ti y no a la enfermedad.

Si ya probaste remedios sin éxito y quieres una solución integral, agenda tu cita médica. Te acompaño de manera presencial en Bogotá o por teleconsulta desde cualquier lugar. Juntos podemos recuperar la salud de tu piel y tu confianza, con un enfoque holístico y natural.